
Analisis y Disertacion de Textos
martes, 7 de mayo de 2013
Proceso de la Comunicacion
La comunicación es el proceso mediante el cual se puede transmitir información de una entidad a otra. Los procesos de comunicación son interacciones mediadas por signos entre al menos dos agentes que comparten un mismo repertorio de signos y tienen unas reglas semióticas comunes.

Historia Lingüística
A lo largo de mi vida he leído varios textos; cortos, extensos, novelas, cuentos, artículos, relatos, etc. esto desde que aprendí a leer pero no todos fueron de mi agrado a veces leo por obligación como las novelas que me pidieron leer en la preparatoria o en la secundaria y aunque algunas me han gustado demasiado pocas veces he leído por gusto, me gustan las novelas de drama, romance y suspenso y una de mis favoritas es Ojos de Perro Siberiano no recuerdo el nombre del autor pero trata de un niño que tenia una familia muy conservadora pues su padre corrió a su hermano Ezequiel de la casa por tener SIDA años después en niño decide buscar a su hermano y cuando lo encuentra le cuenta como ocurrieron las cosas y el hermano le platica como es su vida padeciendo de esa enfermedad y de la indiferencia de la gente al saber que es portador del SIDA solo su perro lo ve como a cualquier persona a su perro no le importa que este enfermo y solo el perro lo ve de manera limpia.
Resumen de La Cocinera
La cocinera es un cuento no muy extenso de Julio Torri, en el que se narra la cena de una adinerada familia que tenia a una excelente cocinera, esta había preparado tamales para la cena.
En el comedor se encontraban el señor, un profesor otros dos sujetos y una niña, se encontraban disfrutando de la rica cena que la cocinera había preparado algunos se sirvieron mas de dos veces, mientras comían también platicaban. Cuando la niña interrumpe la platica para decir que había encontrado algo raro en su tamal y allí estaba al parecer un dedo meñique de niño entre la carne y la masa del tamal.
Intervino la justicia, quedó explicada la frecuente desaparición de criaturas en el lugar y la cocinera murió en la horca. Algunos gastronomos lo lamentaron pues era una gran cocinera y otros llevaron flores a tu tumba.
En el comedor se encontraban el señor, un profesor otros dos sujetos y una niña, se encontraban disfrutando de la rica cena que la cocinera había preparado algunos se sirvieron mas de dos veces, mientras comían también platicaban. Cuando la niña interrumpe la platica para decir que había encontrado algo raro en su tamal y allí estaba al parecer un dedo meñique de niño entre la carne y la masa del tamal.
Intervino la justicia, quedó explicada la frecuente desaparición de criaturas en el lugar y la cocinera murió en la horca. Algunos gastronomos lo lamentaron pues era una gran cocinera y otros llevaron flores a tu tumba.
Glosario (La Cocinera de Julio Torri)
Segun yo:
- Manduaba: comia
- Dispepsia: enfermedad
- Engullo: comer
Segun el dicionario:
- Manducaba: intr. fam. Comer, tomar alimento.
- Dispepsia:se define como cualquier dolor o molestia en la parte central del abdomen superior. Molestia (o disconfort ) se refiere a una sensación negativa no dolorosa, tal como hinchazón abdominal, saciedad precoz, distensión o náusea.
- Engullo: tr. Tragar la comida atropelladamente y sin masticarla.
LA COCINERA (JULIO TORRI)
... más vale que vayan los fieles a perder su
tiempo en la maroma, que su dinero en el
juego, o su pellejo en los fandangos.General Riva Palacio, Calvario y Tabor
Por inaudito que parezca hubo cierta vez una cocinera excelente. La familia a quien servía se transportaba, a la hora de comer, a una región superior de bienaventuranza. El señor manducaba sin medida, olvidado de su vieja dispepsia, a la que aun osó desconocer públicamente. La señora no soportaba tampoco que se le recordara su antiguo régimen para enflaquecer, que ahora descuidaba del todo. Y como los comensales eran cada vez más numerosos renacía en la parentela la esperanza de casar a una tía abuela, esperanza perdida hacía ya mucho.
Cierta noche, en esta mesa dichosa, comíamos unos tamales, que nadie los engulló mejores.
Mi vecino de la derecha, profesor de Economía Política, disertaba con erudición amena acerca de si el enfriamiento progresivo del planeta influye en el abaratamiento de los caloríferos eléctricos y en el consumo mundial de la carne de oso blanco.
—Su conversación, profesor, es muy instructiva. Y los textos que usted aduce vienen muy a pelo.
—Debe citarse, a mi parecer —dijo una señora—, cuando se empieza a olvidar lo que se cita.
—O más bien cuando se ha olvidado del todo, señora. Las citas sólo valen por su inexactitud.
Un personaje allí presente afirmó que nunca traía a cuento citas de libros, porque su esposa le demostraba después que no hacían al caso.
—Señores —dijo alguien al llenar su plato por sexta vez—, como he sido hasta hoy el más recalcitrante sostenedor del vegetarianismo entre nosotros, mañana, por estos tamales de carne, me aguardan la deshonra y el escándalo.
—Por sólo uno de ellos —dijo un sujeto grave a mi izquierda— perdería gustoso mi embajada en Mozambique.
Entonces una niña...
(¿Habéis notado la educación lamentable de los niños de hoy? Interrumpen con desatinos e impertinencias las ocupaciones más serias de las personas mayores.)
...Una niña hizo cesar la música de dentelladas y de gemidos que proferíamos los que no podíamos ya comer más, y dijo:
—Mirad lo que hallé en mi tamal.
Y la atolondrada, la aguafiestas, señalaba entre la tierna y leve masa un precioso dedo meñique de niño.
Se produjo gran alboroto. Intervino la justicia. Se hicieron indagaciones. Quedó explicada la frecuente desaparición de criaturas en el lugar. Y sin consideración para su arte peregrina, pocos días después moría en la horca la milagrosa cocinera, con gran sentimiento de algunos gastrónomos y otras gentes de bien que cubrimos piadosamente de flores su tumba.
tiempo en la maroma, que su dinero en el
juego, o su pellejo en los fandangos.General Riva Palacio, Calvario y Tabor
Por inaudito que parezca hubo cierta vez una cocinera excelente. La familia a quien servía se transportaba, a la hora de comer, a una región superior de bienaventuranza. El señor manducaba sin medida, olvidado de su vieja dispepsia, a la que aun osó desconocer públicamente. La señora no soportaba tampoco que se le recordara su antiguo régimen para enflaquecer, que ahora descuidaba del todo. Y como los comensales eran cada vez más numerosos renacía en la parentela la esperanza de casar a una tía abuela, esperanza perdida hacía ya mucho.
Cierta noche, en esta mesa dichosa, comíamos unos tamales, que nadie los engulló mejores.
Mi vecino de la derecha, profesor de Economía Política, disertaba con erudición amena acerca de si el enfriamiento progresivo del planeta influye en el abaratamiento de los caloríferos eléctricos y en el consumo mundial de la carne de oso blanco.
—Su conversación, profesor, es muy instructiva. Y los textos que usted aduce vienen muy a pelo.
—Debe citarse, a mi parecer —dijo una señora—, cuando se empieza a olvidar lo que se cita.
—O más bien cuando se ha olvidado del todo, señora. Las citas sólo valen por su inexactitud.
Un personaje allí presente afirmó que nunca traía a cuento citas de libros, porque su esposa le demostraba después que no hacían al caso.
—Señores —dijo alguien al llenar su plato por sexta vez—, como he sido hasta hoy el más recalcitrante sostenedor del vegetarianismo entre nosotros, mañana, por estos tamales de carne, me aguardan la deshonra y el escándalo.
—Por sólo uno de ellos —dijo un sujeto grave a mi izquierda— perdería gustoso mi embajada en Mozambique.
Entonces una niña...
(¿Habéis notado la educación lamentable de los niños de hoy? Interrumpen con desatinos e impertinencias las ocupaciones más serias de las personas mayores.)
...Una niña hizo cesar la música de dentelladas y de gemidos que proferíamos los que no podíamos ya comer más, y dijo:
—Mirad lo que hallé en mi tamal.
Y la atolondrada, la aguafiestas, señalaba entre la tierna y leve masa un precioso dedo meñique de niño.
Se produjo gran alboroto. Intervino la justicia. Se hicieron indagaciones. Quedó explicada la frecuente desaparición de criaturas en el lugar. Y sin consideración para su arte peregrina, pocos días después moría en la horca la milagrosa cocinera, con gran sentimiento de algunos gastrónomos y otras gentes de bien que cubrimos piadosamente de flores su tumba.
Julio Torri
jueves, 7 de marzo de 2013
BIENVENIDA
HOLA BIENVENIDOS A MI BLOGG!!!
Mi nombre es Karla Chavez G. me gusta tener much@s amig@s me gusta reírme mucho y me rió casi de todo :) soy muy alegre.
Espero compartir cosas útiles para ustedes.
Mi nombre es Karla Chavez G. me gusta tener much@s amig@s me gusta reírme mucho y me rió casi de todo :) soy muy alegre.
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